El secreto es fácil. Es querer complacer al público. Y mira que viene de Medellín. Cuando viví allá, yo era jazzista. Fui con el Grupo Star, y me gustaba la salsa pero estaba en el latin jazz. No me gustaba la música sencilla. En Medellín, uno tenía novias, y ellas quieren ir a bailar. Y lo que había en 1987 era música raspa. Pensé ‘esto no me gusta’, pero si la mujer me decía ‘si quieres estar conmigo, tienes que bailar’. Ok, a bailar entonces, porque si no, no cuadro nada. Regresé a EE. UU., empecé a hacer producción y me llamó Tito (Nieves) para hacer Sonámbulo. Haciendo el arreglo, pensé ‘¿Cómo hago que esa persona en Medellín se pare a bailar? Tiene que ser sencillo. ¿Cómo combino lo creativo con la sencillez?’ Ahí comenzó mi carrera como productor. En las melodías es importante mantener la sencillez. Hasta hoy, pienso en esa persona en Medellín. Esa es mi fórmula.
Enrique Iglesias no piensa pasar a la fila de los casados, pues cree que no es requisito para convertirse en padre y no sumaría ni restaría al amor que le tiene a su pareja.
“No es que yo esté en contra del matrimonio, tampoco que tenga el trauma de venir de una pareja de padres divorciados. Simplemente, Anna y yo estamos cómodos así y no creemos que casándonos vaya a cambiar el respeto que guardamos el uno por el otro, o que nos vayamos a querer más”, dijo el cantante en una entrevista para la revista TV y Novelas.
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